viernes, 1 de noviembre de 2013

Reflexionando Cyrano

Tras leer Cyrano de Bergerac de Rostand, unas palabras me vinieron a la mente... y a la pluma.

A ojos del mundo
un espadachín
feo, narigudo y respondón.

Una vida de poesía,
de lucha,
 por hacerse respetar.

El que menta su nariz,
se introduce
en buena lid.

De su pluma sale un paraíso
que la dame desconoce
que al rudo pertenece.

Christián y Cyrano
la conquistan 
de la mano.

El uno pone la belleza,
como en un estanque
Apolo.

El otro el alma da,
escondiendo su reflejo
tras la pluma y el tintero.

Mas la guerra dura es y Roxana queda viuda,
sin saber que en su interior,
su amor lidia con la duda.

En el postrer final cuando Caronte
casi su óbolo reclama,
la dama descubre en Cyrano, su primo,
que es su alma a la que ella ama.

No queda a la altura de tan magna obra, pero espero que lo disfrutéis. 

2 comentarios:

  1. ¡Qué bonito descubrir que también tienes talento para la poesía!, a mi parecer sí que le hace justicia, ¡buen trabajo!

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  2. Gracias, Dune. Un placer que lo aprecies así.

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