domingo, 8 de mayo de 2011

Creación de Gore Vidal.

Hasta que me regalaron el libro, Gore Vidal no estaba dentro de mis conocimientos literarios. Este escritor novelista, ensayista y creador de guiones de televisión y cine, leía a su abuelo ciego (de quién tomó el apellido "Gore") y así empezó su andadura literaria.
Su obra "Creación" es una novela histórica, no de aventuras, sino de viajes, que pretende acercarme al mundo del siglo V a. C. y a la filosofía tanto oriental, como de la parte más alejada de Europa.
Hay que ser consciente a la hora de acercarse a este libro que no es una lectura ligera, sino llena de diálogos entre filósofos, alusiones geográficas (que se pueden llegar a escapar de las manos) y con un ritmo un tanto lento.
No obstante, está documentada de una manera excepcional y personajes como Confucio o Buda pueden hacernos sentir en una órbita lejana a la nuestra con sus meditaciones metafísicas.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Sócrates.

He leído esta frase en internet, y creo que ilustra de maravilla este blog.
Dice así:
"Toda ignorancia es el principio del saber"

lunes, 2 de mayo de 2011

Bach y su clave nos llamaron.

Y quedamos en el Real Conservatorio de Música de Madrid, en la calle Santa Isabel. Privilegio porque no estaba lejos de casa y porque además la entrada era gratuita. Un gran órgano nos dio la bienvenida a la sala Manuel de Falla. Ocupaba la parte final de una amplia sala compuesta por unos sillones abatibles, un pequeño piso superior con más localidades que incluso se alargaba por ambos lados de la sala hasta llegar a la altura del escenario. Ese hubiera sido el sitio idóneo para poder contemplar las manos de Tony Millán ejecutando la obra en el clave, pero optamos por colocarnos en la cuarta fila de la parte inferior del auditorio.
Un hombre con una larga trenza cana cayéndole por la espalda  nos había llamado la atención en una cafetería cercana, dando la casualidad de que era el intérprete y profesor de clave del conservatorio, desconocido de antemano para nosotros. Fue cuando le vimos aparecer sobre el escenario saliendo de una puerta lateral cuando nos sorprendimos ante su presencia. Con gran parsimonia y solemnidad, vestido de negro, colocó las partituras que portaba en la mano en el sitio reservado para ellas en el instrumento. Abrió la tapa de la caja de resonancia e hizo una reverencia a los presentes, que le aplaudíamos por su salida.
Con la misma gravedad, tomó asiento en el taburete, colocado de antemano a una distancia determinada del teclado, porque no lo movió un milímetro de su posición inicial. Me llamó la atención la pulcritud con la que ejecutaba todos sus movimientos. Sólo había estado con anterioridad en una muestra de música clásica, en Florencia, con el Bargello como escenario. Pero, a pesar de la importancia artística del entorno, no me llevé esa sensación de ligereza por parte de los intérpretes.
Cuando el músico apoyó sus dedos sobre las teclas del clave, sin pulsarlas, solamente como un ejercicio de concentración pre-ejecutoria, contuve la respiración y miré de reojo a mi acompañante. Las notas empezaron a llegar a mis oídos y fue como si mi cuerpo comenzara a flotar. Como si estuviera observando desde arriba a todo el auditorio, inmerso en la música. Cada vez que acababa una pieza y un sonido sordo y amortiguado salía de sus dedos recién despegados de las teclas, cogía aire profundamente, tragaba saliva y despertaba de la hipnosis sufrida o, mejor dicho, disfrutada.
Fueron casi dos horas de representación, con un breve descanso intermedio, que aproveché para intercambiar impresiones con mi acompañante.
Puede parecer exagerado, pero las sensaciones que experimenté mientras escuchaba la música son indescriptibles. Lo tomé como algo ritual, sacro, consciente de que lo normal no era poder escuchar el Clave bien temperado de J. S. Bach en un clave, sino en un piano normal o modificado en su técnica para producir un sonido cercano al del clavicordio.
Este viernes, Tony Millán prosigue con la interpretación de la obra. Y dentro de dos semanas finalizará la ejecución de la misma.
No faltaremos a la cita.