viernes, 14 de junio de 2013

"De cuerpo presente. Vida, anécdotas y curiosidades de trece sepultureros." De Jesús Pozo.

Cuando estás leyendo este libro en un lugar público (el metro o el bus, una sala de espera...) la gente se queda mirando la portada. Y luego a ti, que notas sus ojos posados en tu cara, como buscando una señal de rareza. Resulta divertido, la verdad. Pero también te llegas a dar cuenta de lo poco aceptado que tiene la gente el tema de la muerte, y lo mal vistos que podemos llegar a estar aquéllos que nos interesamos por ella.

Y no es porque hayan leído el título, sino porque, como se puede ver en la foto, un gran ataúd blanco resalta sobre el oscuro fondo, llamando poderosamente la atención. Aunque, tirando de romanticismo, las hojitas verdes que asoman por los bordes, recuerdan que la vida siempre está presente.



Este panorama de "señalar con el dedo" contrasta con el que te encuentras en las páginas de Pozo, en la que los protagonistas de cada uno de los capítulos tratan cada día con ese punto del final de la vida. Con cuerpos exánimes y con las almas de los familiares. No sabemos cuál de los dos puntos puede llegar a ser más complicado. Depende de los casos. Como todo en esta vida. No ahondaré en esta parte, para que cada uno descubra aquéllo que Jesús está dispuesto a dar. 

Se nota que Jesús es periodista. Los capítulos son como pequeños artículos en los que los datos son profusos, y en los que se advierte la avidez de buscar la fuente continuamente. Pero además de las historias que cada uno de los enterradores cuenta, Jesús aprovecha un dato concreto de los que éstos le dan para profundizar en un tema funerario diferente en cada capítulo. 

Divulgador nato, nuestro amigo Jesús, es el primero en crear una revista dedicada exclusivamente al tema mortuorio. Adiós crea furor entre los, como yo, amantes (incluso adictos) del arte, historia y novedades de estos temas, para otros tan escabrosos.

Si Paco (Fran) Belmonte, que encabeza la lista de profesionales, le comenta que trabaja en el cementerio de San Justo, en Madrid, Jesús aprovecha y habla también del camposanto colindante, el de San Isidro. Lo mismo ocurre con el segundo epígrafe, en el que hablan los antiguos responsables del Británico de Pontevedra. Además de las vivencias de este matrimonio, podemos adentrarnos en la realidad del resto de cementerios británicos de España.

Nos documentamos sobre la guerra española del 36, sobre la actualmente maltrecha congregación de fossores; nos hacemos conscientes de los distintos tipos de cementerios: grandes, pequeños, clásicos, los que parecen parques, los que están entre los abarrotados montes gallegos y que son casi imperceptibles... Nos ponemos al día y vemos cómo las nuevas tecnologías llegan a las sepulturas (sí, sí, a los enterramientos) y a las aplicaciones de los dispositivos móviles. Todo se renueva, tanto los nichos como la manera de visitar los cementerios. Nuevos métodos higiénicos que van de la mano de la técnica y la tecnología, como nuestros teléfonos o iPad para hacer el Más Allá más cercano del Más Acá. Averiguamos de igual modo cómo este trabajo no es sólo cosa de hombres, y cómo las visitas a los familiares difuntos comienzan a ser, por lo general, cosa del pasado poco a poco.

Es una lectura directa, cruda en ocasiones. Jesús no se anda con tapujos a la hora de preguntar a los enterradores qué objetos se encuentran dentro de los féretros cuando han de exhumar, o cuáles han sido los requerimientos más extraños de los familiares a la hora del enterramiento. 

En resumen, De cuerpo presente pone al día de los quehaceres funerarios y abre los ojos a los "vulgares mortales" de las realidades, inhumando los mitos y leyendas de las mentes; historias que, en realidad, nunca dejaremos de desenterrar, por muchos años que pasen. Ahí radica, en mi opinión, el punto de partida para empezar a preguntarse sobre el quid de tantas cosas que hoy en día son como son. 

Y como la incineración es un método que está en auge, no puedo resistirme a finalizar con una máxima por todos conocida: en polvo te convertirás

FELIZ VIDA






jueves, 6 de junio de 2013

"Memorias de un enterrador". De Francisco Belmonte.

Al adentrarnos en la narrativa de Fran, nos vestimos de historias; y de Historia. Porque lo que aparentemente parecía un recopilatorio de historias modernas, se presentó como un auténtico libro sobre el  pasado. 

Imágenes en sepia y blanco&negro se suceden unas a otras llenas de una intriga que sólo había descubierto antes en la novela. La realidad supera siempre la ficción. Y el libro de este joven enterrador es la prueba viviente.

Porque aunque, a veces, nos quedemos en la superficie pétrea de los cementerios, con sus lápidas y panteones, la tierra tapa todas las vidas que un día fueron. Y así nos las ha ofrecido, en hoja de plata, mediante una escritura barroca y sublime, que parece pertenecer a tiempos remotos.

Con la misma naturalidad con la que me imagino a Fran haciendo su trabajo de sepulturero del siglo XXI, con tantos años a la espalda de esfuerzos de riñón y pesos que han formado esos hérculos brazos repletos de tinta (como sus historias), con esa facilidad, nos deleita con vidas de película, pero que un día fueron verdad.

Quién sabe... puede que algún día, cuando todo haya acabado, alguien se interese por nuestra historia, como él lo ha hecho con esos nombres cincelados en la piedra, pertenecientes a asesinos y asesinados, militares y civiles... hombres y mujeres al fin y al cabo.

Por exigencias editoriales, tendré que agachar la cabeza ante el formato digital para poder disfrutar del to be continued que el escritor propone en sus últimas páginas. Suena manido, pero es que...


NO SOMOS NADIE



martes, 4 de junio de 2013

"Aquí yace... o no". De Marta Sanmamed.

La muerte es un momento duro. Para el que se queda, claro. En cuanto al que se va... quién sabe. Pero para los que nos hemos quedado, por mucho que lo hayamos pasado mal más o menos tiempo, la muerte ha causado curiosidad. Me pongo a la cabeza de la lista, por aquello de que estoy hablando en primera persona. 

Entrar en un grupo de admiradores de los cementerios en una red social ha causado la mofa de muchos de mis conocidos. Pero el humor prevalece y la cultura crece. Por eso, cuando me encontré con que en el grupo de cementerios europeos, una de las compañeras había escrito un libro sobre éstos, una de mis prioridades literarias fue conseguir su obra. 




Con una prosa exquisita, de andar por casa pero con muy buena hechura, Marta trata el tema de la muerte y el arte relacionado con ella de una manera amena y divertida. Se te escapan sonrisas, incluso se te mete en el pecho una risilla floja al leer algunos de sus párrafos. No podemos dejar de lado la emoción cuando trata temas que de algún modo u otro, por identificarnos con el tema o por ponernos en el lugar del prota, nos tocan la patata

Viajas por España y sus recónditas ciudades de la muerte. Unas las conocía personalmente; otras sólo de oídas; y algunas me han sido presentadas en estos días gracias a la Sanmamed

También se te ponen delante personajes de los que no tenías noticia: algunos, ya crían malvas, pero otros siguen en este mundo, aportando sus visiones sobre la muerte y sobre los cementerios. Por ello, la información recibida gracias a esta escritora es impresionante. Sólo hace falta tener ganas y tirar del hilo para seguir descubriendo.

Deleitarse con su manera de escribir y con las historias y curiosidades que narra es una actividad que recomiendo a todos los mortales antes de que la parca nos dé un susto. 

Y por supuesto, salir de casa y patear por estos camposantos, museos al aire libre. 

Que cuantos más seamos los que nos maravillamos con sus formas, más nos tendrán en cuenta para que no se los lleve por delante el tiempo... ni los bulldozer.